Kato

Lost en traducción

Conozcan a Kato, una joven que se mudó a Italia en su adolescencia. Su experiencia como extranjera influyó profundamente en sus decisiones profesionales, entre otras cosas. Aprender italiano fue fundamental para sobrellevar su experiencia como migrante. Sin embargo, no todos los migrantes reciben el apoyo adecuado que necesitan para lograrlo.

EXTRANJERÍA COMO A ORGANIZACIÓN EXPERIENCIA

Me he dado cuenta de que ser extranjero ha influido en casi todas las decisiones que he tomado en mi vida. Es algo que he comprendido con el tiempo, porque antes no me resultaba tan evidente que existiera esta característica mía, compartida con tantas otras personas, que, de forma bastante natural, determinaba mis intereses y mis elecciones de vida. Entre estas elecciones se encuentra, por ejemplo, mi trayectoria profesional, y en particular, la decisión de trabajar en un contexto internacional. Cuando uno está acostumbrado a pensar de forma intercultural, se da cuenta de lo importante que es trabajar con personas que tienen experiencias locales diferentes a las suyas. Esto hace que mi trabajo, y no solo el mío, sea mucho más interesante y enriquecedor.

Contar con los recursos adecuados

Un recurso que ha sido radicalmente positivo para mí, tanto para el camino que me trajo hasta aquí como para mi integración en Palermo, en Italia y en Europa —porque aunque aún no tengo la ciudadanía europea, me siento plenamente ciudadana europea—, ha sido el programa improvisado por mis profesores de secundaria para enseñarme italiano. Otro factor de suerte —porque o tienes suerte o necesitas recursos económicos y humanos— fue mi madre y su lugar de trabajo. Mi madre trabajaba en la casa de una profesora, así que cuando me mudé a Italia fui a vivir con ellas dos, con la que luego se convirtió en mi tía. El hecho de que esta mujer fuera profesora y una ávida lectora creó un ambiente de aprendizaje muy positivo a mi alrededor, y sin duda fue fundamental para que aprendiera italiano.